martes, 29 de octubre de 2013

Amor mediante


Amor mediante, resulta imposible imponer noes a síes.

lunes, 28 de octubre de 2013

jueves, 24 de octubre de 2013

Adiós, Manolo

A los ocho años, mis padres me llevaron a la plaza de toros de Iniesta (Cuenca) a ver un espectáculo nocturno de variedades en que se turnaban escenario Carmen Sevilla y Manolo Escobar. Me quedé dormido en el regazo de mi madre antes de que acabasen su actuación los teloneros, a los cuales ya tengo olvidados, si es que llegué a saber quiénes eran. Pero, de Carmen, ya me había enamorado inmediata y eternamente, y Manolo, desde entonces y por siempre, ha estado cantando en mi interior. Más allá de que a uno le guste o no le guste la copla, ha de reconocerse que los carros y los porompomperos forman parte esencial de la banda sonora de más de una generación.

Hoy, Manolo Escobar ha muerto, pero no. Sigue cantando en mi interior. «¡Viva el vino y las mujeres!».

viernes, 18 de octubre de 2013

Losada, cesado

Que hayan cesado al jefe de la Comisaría General de Policía Judicial, José García Losada, no puede sorprender a nadie. La suya ha sido la crónica de una muerte anunciada. Ya a principios de este verano, se rumoreaba con insistencia su cese, tras haber puesto a Ana Mato contra las cuerdas y frente a Correa —como juego de palabras, deja que desear, pero no he sabido ahorrármelo—.

Al frente de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), García Losada era el responsable máximo de las investigaciones relacionadas con la presunta financiación irregular de los partidos políticos. Esto es, investigó los casos Palau, Gürtel, Bárcenas...

El ministro de Interior, cuya preclara mente le llevó a asegurar durante la última campaña electoral que, en cuanto el PP llegase al poder, los mercados se tranquilizarían y la crisis poco menos que se desvanecería, el ínclito Jorge Fernández Díaz, es quien parece empecinado en ostentar el récord de renovaciones en un ministerio. Desde su llegada a Interior, tres son ya los responsables que ha colocado al frente de la investigación anticorrupción. Pudiera parecer que el ministro está muy preocupado por el tema. Y, seguramente, es así; pero en sentido inverso al que cabría esperar, puesto que, con tanto relevo y falta de continuidad en la dirección policial, la preocupación que se muestra es la de restar eficacia y, sobre todo, la de coartar la voluntad de investigación. Diez días fue lo que tardó Fernández Díaz en fulminar a Juan Antonio González, jefe de la policía judicial a la llegada del ministro. Cinco meses fueron los que duró en este nuevo cargo su sustituto, Enrique Rodríguez Ulla, quien —¡oh, equivocación entre equivocaciones!— ordenó la investigación sobre el ático de lujo en Marbella del presidente de la Comunidad de Madrid. Por cierto, cinco meses deben de constituir también un lamentable récord, parejo y en consonancia con el de haber tenido cuatro comisarios principales para la lucha contra la corrupción en una sola legislatura aún por acabar.

En fin, que la política en este pepepaís nuestro va siempre mucho más allá (incluso de lo razonable). Con la fulminante destitución de José García Losada, el Gobierno consigue, efectivamente, ir más allá y pasar de la política anticorrupción a la política antianticorrupción. Apenas un prefijo más allá.

jueves, 17 de octubre de 2013

Congreso de los disputados

ANTES.
Disputas, en el patio del cole:
—¡Imbécil!
—¡Y tú, más!
Y, así, hasta que el timbre del cole marcaba el retorno a las aulas.

DESPUÉS.
Diputados, en el Congreso:
—¡Corrupto!
—¡Y tú, más!
Y, así, hasta... En fin, hasta hoy. Pero mañana habrá más. Malaya a Malaya, Saqueo a Saqueo, Palau a Palau, Bárcenas a Bárcenas, Noos a Noos... ERE que ERE.

Exigencia vital


martes, 15 de octubre de 2013

Ticcionario ciudadano

L'entrevista del diumenge que el canal 3/24 emitió anteayer tuvo como protagonista al portavoz parlamentario de C's, Jordi Cañas. Durante la misma, el Sr. Cañas, refiriéndose al PSC, afirmó: "A veces se lo digo cariñosamente: tienen que leerse las acepciones de las palabras. O sea, cuando uno es federalista no puede pedir el derecho de autodeterminación" (sic).

No es la primera vez que el Sr. Cañas o su líder, el Sr. Rivera, andan por ahí recomendando a los demás, con excesiva alegría, eso de que se miren el diccionario. De tal forma, que no acierto a saber si la tal recomendación es una argucia efectiva en la búsqueda ganancial de votos para el partido o, llanamente, un ramalazo, aunque no propiamente de locura, antes bien de vana soberbia. Aunque vaya usted a saber si, después de todo, acaso no es sino una simple muletilla, esto es, un tic lingüístico.

Pero, en fin, no sea dicho... Acudamos al lexicón, pues, a fin de cuentas, es sano ejercicio mental. Entrada "federalista" en el DRAE, primera acepción —como cabe esperar—: 'Partidario del federalismo'. Entremos, pues, a través de "federalismo" y atendamos a sus diversas acepciones... ¡Ah, no! ¡Un momento! La voz "federalismo" es monosémica y solo significa "Espíritu o sistema de confederación entre corporaciones o Estados". Vayamos, entonces, con determinación, a la entrada "autodeterminación"; no sea que el problema semántico pescado con Cañas se encuentre en esta palabra. Dos son las acepciones que nos ofrece el DRAE:
  1. 'Decisión de los ciudadanos de un territorio determinado sobre su futuro estatuto político'.
  2. 'Capacidad de una persona para decidir por sí misma algo'.

Esta segunda acepción es la que me permite a mí, por ejemplo, decidir que no voy a votar a C's. En cuanto a la primera acepción, es la que da cuenta de que yo decida, en la pequeña medida proporcional que me corresponde democráticamente, qué futuro estatuto político quiero para "un territorio determinado", el cual, en el caso que nos ocupa, dícese Catalunya. Y ello incluso teniendo en cuenta que soy federalista —aunque, ciertamente, no socialista—.

Llegado a este punto, siento cierta desazón, pues sigo sin ni siquiera vislumbrar la tan obvia  según Cañas contradicción en que incurre todo federalista pro autodeterminación. De modo que hago un último intento por aclararme y me cuelo de nuevo en el DRAE; esta vez, a través de la entrada "estatuto", no sea que se halle en ella el intríngulis conceptual. Este sustantivo posee cuatro acepciones distintas y sospecho que la estrechez de miras y de criterio del portavoz de Ciutadans ha escogido como única válida la tercera: 'Ley especial básica para el régimen autónomo de una región, dictada por el Estado de que forma parte'. De ser así, el intríngulis 'dificultad o complicación' sería más bien el intríngulis 'intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona —el Sr. Cañas— o en su acción. Porque esta acepción tercera de "estatuto" da cuenta de la realidad tal como la entiende la actual legislación española; sin embargo, en una cuarta acepción, como tecnicismo del ámbito lingüístico del derecho, "estatuto" es el 'régimen jurídico al cual están sometidas las personas o las cosas, en relación con la nacionalidad o el territorio'. Y es precisamente ese régimen jurídico el que los federalistas queremos variar de la forma menos imperfecta que las sociedades han sido capaces de idear: a través del voto democrático. La autodeterminación de los pueblos es un derecho consensuado internacionalmente, por lo que cualquier pueblo puede libremente aspirar a decidir su futuro como Estado autonómico, independiente o federal.

Reconozco que me sentiré decepcionado si la consulta se reduce, como pretenden muchos, a una simple disyuntiva de independencia sí o no. Espero que me permitan optar por una realidad federal, que acaso no sea mayoritaria, pero que está mucho mejor  perfilada que esa amorfa suma de "unión y singularidad" con que C's intenta jugar al despiste de la indefinición ideológica. Una indefinición, por otro lado, a la que siempre ha jugado este partido desde que dijeron venir a ocupar el centro izquierda, pero acabaron pactando con la coalición ultraderechista Libertas. Lógico, si consideramos que Albert Rivera venía de las Nuevas Generaciones del PP.

lunes, 14 de octubre de 2013

Quien parte y reparte se queda sin parte

Dentro de muy pocas horas, el diario austriaco "Kurier" publicará una entrevista con Rajoy. En ella, el ínclito Mariano nos dejará la siguiente confesión: "Soy consciente de que exigimos sacrificios a los ciudadanos, pero somos cuidadosos de repartir las cargas de forma justa".

Ignoro qué debe de entender el sr. Rajoy por "de forma justa". Tras oír decir recientemente a su compinche Montoro que  "Los salarios no están bajando en España, [sino que] moderan su crecimiento", lo cierto es que uno se puede esperar ya cualquier tergiversación semántica. Lo que sí sé es que mi salario ha disminuido en más de una ocasión; el de Rajoy, nunca. Lo que sí sé es que, por enésima vez, no cobraré mi paga extra; Rajoy, sí. Lo que sí sé es que las pensiones subirán un 0,25%; el IPC, más. Lo que sí sé es que el paro afecta ya a más de un cuarto de la población activa; a Rajoy no. Ciertamente son demasiadas las cosas que pueden saberse.

En fin, los políticos gobernantes —en especial, los del PP— saben, como nadie, identificar eufemismo y falacia. Y este presidentucho nuestro de tercera fila, que accedió al poder con la promesa de meter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas, la sanidad y la educación, hace ya demasiado tiempo —el que media desde su advenimiento— que perdió cualquier atisbo de credibilidad.