domingo, 31 de enero de 2010

EL SENTIDO DE LA VIDA

...¿?..
Resulta ocioso buscarle un sentido a la vida; es la vida la que ha de dar sentido a todo.


viernes, 22 de enero de 2010

SERGIO.

Sergio Beser murió ayer a los 75 años de edad. Sus setenta y ocho kilos de mala leche pelirroja, como equivocada pero cariñosamente los calificase Vázquez Montalbán, descansan eternamente en 'Los Mares del Sur' tanto como en Sant Cugat, Morella o Bellaterra.

A Sergio... (resulta paradójico que sea justo ahora, que ya no está, cuando no me cueste llamarlo por su nombre de pila). A Sergio, tuve el privilegio de conocerlo durante mis años de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAB. Desde que acudí a aquella primera de sus magistrales clases sobre literatura decimonónica, en segundo ciclo universitario, siempre que pude procuré matricularme en cualquiera de sus materias.

Con Sergio aprendí cuanto se pueda aprender de Clarín, Galdós, Pardo Bazán, Tolstoi, Gogol... Nadie ha superado todavía hoy, por ejemplo, sus lúcidas y exactas conclusiones acerca de la crítica literaria de Leopoldo Alas, descubiertas tempranamente en la redacción de su tesis doctoral y publicadas por Gredos en 1968.

Mis dos años de doctorado fueron absorbidos por un proyecto de edición de 'El Quijote' para el Instituto Cervantes, dirigido por Francisco Rico; cosas de la efervescencia del quingentésimo aniversario del descubrimiento de América y de su cercanía con el cuadringentésimo de la publicación de la novela cervantina. Aun así, procuré completar mi currículo académico cursando los créditos que impartía Sergio. Con él ahondé entonces en el espíritu romántico de las letras de Espronceda, Ros de Olano, Hartzenbusch, Campoamor, el duque de Rivas... Y pude constatar, a través de las letras de hombres como Domènec Badia, (a) Ali Bey, la imagen y experiencia del magreb marroquí en la España decimonónica.

Pero, por encima del Beser profesor, del Beser catedrático, del Beser sabio (de tanto en tanto la tierra produce un sabio, escribía también de él Vázquez Montalbán), sobresalía el hombre íntegro, afable, cercano. Era el Sergio que trasladaba consuetudinariamente sus clases de doctorado al Casablanca, un legendario local de Sant Cugat: la literatura se aprende bien desde los pupitres de las aulas, pero se vive mejor en las tertulias de café, con un buen vaso de güisqui o, incluso, jugando una partida de billar a tres bandas.

Tras la noticia de su muerte, me siento consternado, abatido el ánimo. Siempre sentiré que me ha faltado un último trago que compartir con él (ya no de güisqui o de café, seguramente, pues su salud era algo delicada en los últimos años) y una última conversación en la que escucharle, más que hablarle, de literatura, del Barça, de Morella, sus tres pasiones. Nunca llegué a cumplir mi promesa de ir a compartir con él un trocito de sexenio en un tercer domingo de agosto. Ya nunca veré su cómplice sonrisa por una temporada perfecta culé. En los últimos años, sólo supe llenarlo de abrazos y de recuerdos a través de Josep, vecino y amigo suyo a la vez que colega mío durante mis tres años últimos de docencia egarense. Las cosas y las gentes se nos caen de la vida tarde o temprano y sólo queda amarlas en el recuerdo. Te recordaré siempre, Sergio.

miércoles, 13 de enero de 2010

JUSTICIA CIEGA.

De la serie Desnudos ©, por Gonksman.

No pretendo sacar a colación la retahíla casuística de injusticias con que la Justicia en España —no digamos en el mundo— nos sorprende última y consuetudinariamente; tanto es así que casi estoy por proponerle al adverbio su acepción religiosa. No pretendo, digo, sacarla a colación; menos aún, traerla en abono de causa alguna. Huelga hacerlo, se me antoja. ¿O hay alguien todavía necesitado de argumentos con que convencerse de las indefensiones, de los agravios, de los abusos, de las torpezas, de la falta de recursos.. que adornan la acción judicial en este país? Realmente, ¿alguien precisa aún que se le ponga en balanza la balanza de la Justicia?

La Justicia es ciega, efectivamente. Y en ello reside el problema. ¿Por qué no le desvendamos los ojos de una puñetera vez? Conviene que sea más justicia que ciega, digo yo. ¡Que vea, hombre! ¡Que vea claramente! Es que, si no, sucede lo que elocuente y metafóricamente dicta la imagen superior: la justicia es hermosa, ciega y se muestra desnuda ante nosotros; pero funciona al ritmo que le tocan.



NOTA: Es éste un texto que guardaba entre borradores de la anterior bitácora, desde hace mucho tiempo. Ni les cuento la de oportunidades que, desde entonces, han surgido para publicarlo. Lo hago ahora a raíz del bodrio intelectual en forma de sentencia con que el juez de lo Penal de Madrid, Ricardo Rodríguez, ha condenado a dos periodistas de la Cadena Ser. Si les interesa la noticia, no se pierdan el artículo de opinión de Juan Luis Cebrián
, del cual tuve noticia gracias a mi querida Hannah.

sábado, 9 de enero de 2010

102.




Sis dies abans que naixés Simone de Beauvoir, naixé la iaia Pepeta.

Són l'existencialisme i l'existència.

martes, 5 de enero de 2010

CARTA A SS.MM. LOS REYES MAGOS.

Queridos Reyes Magos, este año, bla, bla, bla... Me pido la Nueva Gramática de la Lengua Española, que la RAE ha elaborado conjuntamente con las veintiuna restantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Ya sé que dispongo de la de Seco, la de Alarcos, la de Gómez Torrego..., la de Bello, e incluso de la de Nebrija en edición facsímil. Pero es que ninguna de ellas es institucional y, por ende, normativa, como tampoco lo es la magna Gramática Descriptiva, cuyos tres orondos volúmenes guardo en mi anaquel predilecto y me tienen robado el corazón y sorbido el seso. De modo que sólo me queda el Esbozo, pero ¿quién se contenta, precisamente, con un esbozo?

Además, la Nueva Gramática de la Lengua Española fue presentada el pasado 10 de diciembre por otros Reyes, SS.MM. de España. Cierto que no son ni Magos ni Queridos —¡viva la república!—; pero pienso que, como sois colegas —en primera acepción, que no creo yo que os vayáis juntos de copas—, posiblemente os puedan pasar una para mí.

Sinceramente agradecido de antemano:

Jnj.
P.D. Gracias por la temporada culé de la hostia que me habéis traído este año.